Arenas para gato

La arena es un elemento importante para ayudar al bienestar y a la limpieza del gato. Los gatos son de naturaleza muy limpia y no les gusta que su dueño no respete unas normas de mantenimiento de su arenero y no se preocupe por la elección correcta de la arena.

Educar al gato desde muy pequeño a ir a su arenero

Es muy fácil educar a un gato a que sea limpio, ya que lo hace casi por instinto cuando tiene edad de ser adoptado. En efecto, su madre le habrá «enseñado» unas normas de limpieza durante sus primeras semanas de vida.

Puedes colocar al gato en su arena las primeras semanas después de adoptarlo. El gato entenderá rápido la función el arenero en su proceso de limpieza. Pero es necesario limpiar el arenero con regularidad, ya que el gato no soporta la suciedad que hay dentro: heces sin recoger u olor persistente a orina.

Hay distintos tipos de arena. ¿Cuál es la más recomendable?

En primer lugar hay que elegir el arenero, hay varias posibilidades en el mercado: arenero «normal», es decir, abierto, o la caseta higiénica con un techo extraíble para darle más intimidad al gato. Tú eliges.

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Luego, en cuanto a la arena, es el gato quien decidirá cuál le gusta más.
Tendrás la molestia de elegir entre las distintas arenas disponibles en el mercado:

  • Las arenas «vegetales» a base de serrín o de viruta de pino, de granos de madera, de paja, de escobajo, de maíz o, incluso, de cebada. Tienen la ventaja de que son completamente biodegradables y naturalmente desodorantes. No obstante, hay que elegir correctamente entre estos distintos tipos de arena para evitar que la que elijas cree demasiado polvo (es mejor la viruta que el serrín). Esta arena es muy fácil de mantener, ya que se puede cambiar cada 15 días (pero hay que limpiar las heces todos los días).
    Nota: teóricamente, la viruta vegetal utilizada ha sido desarrollada para no quedarse pegada en las patas del gato.

  • Las arenas «minerales» (o gravilla): están hechas de granos de arcilla natural, que tienen un gran poder de absorción de los líquidos. A veces se añaden desodorantes en los granos para limitar los malos olores (especialmente el olor de la orina). Se recomienda quitar las heces todos los días y cambiarla de media cada 3 días.
  • Las arenas «aglomerantes»: tienen la ventaja de tener un poder absorbente muy fuerte. Este lecho forma cúmulos (o «bolitas») cuando entran en contacto con la orina. Es de muy fácil mantenimiento, ya que basta con quitar los cúmulos formados con una pala. También tiene otras ventajas: retienen los olores de la orina y generan poco polvo. Se recomienda cambiarla una vez a la semana; no obstante, los aglomerados «saturados» de orina de tu gato se deben quitar con una pala todos los días. Esta arena, si es de buena calidad, puede ser muy económica a medio plazo.

Consejo práctico: en todos los casos se recomienda quitar las heces todos los días y, con el cambio de arena, reajustar el nivel de arena en el arenero.

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Consejos de ubicación y mantenimiento del arenero.

Es importante tener en mente que el gato se define, entre otras cosas, por dos aspectos: necesitan tranquilidad para hacer sus necesidades y un olfato extremadamente fino que le permite percibir olores no perceptibles por las personas.
Por consiguiente, se recomiendan dos normas esenciales a los propietarios de gatos: dejarles un poco aislados y tranquilos para hacer sus necesidades con total tranquilidad y procurar que el arenero no esté cerca de su comedero. En este último caso, el riesgo es que el gato ignore totalmente su comida, ya que sus propiedades organolépticas podrían verse alteradas por los olores de la orina o de las heces que hay en un arenero que esté demasiado cerca.

¿Qué podemos sospechar de los signos anormales en el arenero?

Si ves que hay restos de sangre en el arenero, se recomienda que consultes a tu veterinario, ya que podría deberse a una de las varias patologías del tracto urinario inferior y solo se pueden diagnosticar mediante un examen clínico del gato. Una de las causas más conocidas es la presencia de cálculos urinarios (estruvita u oxalato de calcio).

Por otra parte, la ausencia de orina en el arenero desde varios días en un gato acostumbrado a usarlo también es un signo de alerta: se habla de «obstrucción» cuando la presencia de cristales en el tracto urinario del gato impide al animal orinar con normalidad (los cristales bloquean la orina, que no puede circular por la uretra). Notamos que el gato sufre un fuerte dolor cuando intenta orinar y, en ocasiones, la presencia de restos de sangre en el arenero. Es una urgencia médica. Además de la orina, se puede observar diarrea en el lecho y es importante acudir al veterinario si esto se produce durante 48 horas.

 

Artículo escrito por la Dra. Valérie Crousse, veterinaria.

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